"La Ciudad de Dios" es una de las obras más poderosas de San Agustín de Hipona, santo y pensador clave en la historia de la Iglesia. En ella, traza una profunda distinción entre dos mundos: la Ciudad de Dios, basada en el amor a lo eterno, y la ciudad terrenal, construida sobre el ego, el placer y la ambición. En esta primera parte, Agustín analiza el sistema político y religioso romano, mostrando cómo su decadencia no fue culpa del cristianismo, sino consecuencia de su propia corrupción interna. Una ciudad fundada por el hombre, dice Agustín, lleva en sí misma las semillas de su caída.